"Otra vez somos presa de la ira de la Tierra"
"Otra vez somos presa de la ira de la Tierra"
Es la frase que camina por las calles de Santiago. Pero la peor situación se vive en el interior del país. Así lo cuenta la enviada especial de Clarin, Marina Aizen.
"Otra vez somos presas de la ira de la Tierra". Esa es la frase que se repite en la cabeza de los chilenos una y otra vez. Camina por las calles, se mete entre sus escombros y vuelve a asaltarlos en cada esquina.
Tras pasar tres años sin sobresaltos, los brutales temblores de la madrugada no sólo despertaron a los chilenos sino que los puso en extrema alerta. Sobre todo, en el interior del país donde se vive la peor situación de todas.
La enviada especial de Clarín a Santiago, Marina Aizen, contó que la situación en Santiago de Chile se va normalizando lentamente, pero que la sensación que camina las calles es la de la "ira de la Tierra". Y que lo peor ha ocurrido en el interior del país.
Los chilenos se sienten víctimas de la naturaleza, contó Aizen por teléfono. Aunque la capital sufrió desastres por el fuerte sacudón, "no tiene nada que ver con lo que ocurre en la región de Bío Bío, que estuvo más cerca del epicentro del terremoto o en las regiones costeras", comentó.
Hacía unos tres años, desde abril de 2007, que los chilenos no pasaban por un sismo de magnitud importante. En aquel año, la ciudad sureña de Aisén se vio fuertemente afectada por un fuerte terremoto.
Las imágenes de aquel día y las de otros sismos como el de 1960 y el de 1985 volvieron a las mentes de los chilenos que no salen de su asombro por la brutalidad del terremoto de hoy.
"Para las autoridades ha sido dificil evaluar la magnitud de los daños porque en algunas zonas las carreteras quedaron cortadas", contó Aizen.
El terremoto deterioró las redes de comunicación ya que muchas líneas telefónicas se cortaron y otras se vieron colapsadas. Ante este panorama, los mensajes de texto han sido un importante apoyo, "así, poco a poco pudimos decirles a nuestras familias como estábamos, porque estaban muy asustados".
Es la frase que camina por las calles de Santiago. Pero la peor situación se vive en el interior del país. Así lo cuenta la enviada especial de Clarin, Marina Aizen.
"Otra vez somos presas de la ira de la Tierra". Esa es la frase que se repite en la cabeza de los chilenos una y otra vez. Camina por las calles, se mete entre sus escombros y vuelve a asaltarlos en cada esquina.
Tras pasar tres años sin sobresaltos, los brutales temblores de la madrugada no sólo despertaron a los chilenos sino que los puso en extrema alerta. Sobre todo, en el interior del país donde se vive la peor situación de todas.
La enviada especial de Clarín a Santiago, Marina Aizen, contó que la situación en Santiago de Chile se va normalizando lentamente, pero que la sensación que camina las calles es la de la "ira de la Tierra". Y que lo peor ha ocurrido en el interior del país.
Los chilenos se sienten víctimas de la naturaleza, contó Aizen por teléfono. Aunque la capital sufrió desastres por el fuerte sacudón, "no tiene nada que ver con lo que ocurre en la región de Bío Bío, que estuvo más cerca del epicentro del terremoto o en las regiones costeras", comentó.
Hacía unos tres años, desde abril de 2007, que los chilenos no pasaban por un sismo de magnitud importante. En aquel año, la ciudad sureña de Aisén se vio fuertemente afectada por un fuerte terremoto.
Las imágenes de aquel día y las de otros sismos como el de 1960 y el de 1985 volvieron a las mentes de los chilenos que no salen de su asombro por la brutalidad del terremoto de hoy.
"Para las autoridades ha sido dificil evaluar la magnitud de los daños porque en algunas zonas las carreteras quedaron cortadas", contó Aizen.
El terremoto deterioró las redes de comunicación ya que muchas líneas telefónicas se cortaron y otras se vieron colapsadas. Ante este panorama, los mensajes de texto han sido un importante apoyo, "así, poco a poco pudimos decirles a nuestras familias como estábamos, porque estaban muy asustados".
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